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SAVIA DE ABEDUL, ÁMBAR DE VIDA

Tocas su piel y notas como vibra, notas el líquido de la vida corriendo dentro de su cuerpo. El invierno le ha dejado descansar y recuperar fuerza, y ahora que todo vuelve a brillar el calor recorre su cuerpo y está listo para un nuevo ciclo y quiere compartirlo contigo. Cuando la tierra comienza a despertar, durante los primeros días de primavera el abedul nos regala algo precioso: su savia. Antes de que las hojas cubran sus ramas la savia acumulada durante el invierno comienza el camino hacia la superficie para hacer brotar la vida. Ese es el momento perfecto para la recogida de la savia, cerca del equinoccio. El proceso necesita amor, respeto y calma. La naturaleza tiene su ritmo y hay que adaptarse a él. Después de elegir el árbol adecuado haremos un agujero de unos pocos centímetros en el tronco con un cuchillo o cincel, en sentido ascendente. En el agujero meteremos un tubo o un pequeño trozo de rama por donde la savia descenderá de manera continua hasta un recipiente. Puedes recolectar hasta 5 litros de savia en 24 horas, dejando la naturaleza fluir. Una vez recogida la savia taparemos el agujero con un trozo de rama del mismo abedul, así evitamos que el árbol enferme por seguir perdiendo savia o que algún hongo le afecte. Lo más importante es agradecer al abedul el regalo que nos ha hecho. La savia se consume como una bebida normal y también se hace vino o sirope. El sirope de abedul es un precioso líquido ámbar que se obtiene después de hervir la savia a fuego lento durante varias horas. Puedo imaginar la sensación al ver como el color va cambiando, el líquido transparente se torna amarillo y después color caramelo....es verdadera magia, alquimia de la naturaleza! El olor dulce te envuelve, el calor del hogar te abraza... te invita a soñar... Especial agradecimiento a mi salvaje hermana Runahild por esta preciosa fotografía.



 
 
 

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