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BRUJERIA ESCOCESA (PARTE V)

BRUJERIA ESCOCESA V. Allí está, mirándola fijamente, entre la multitud. Sus ojos reflejan satisfacción pero también miedo y arrepentimiento. Aquella mujer que tantas veces la había pedido consejo y ayuda, que había comprado bálsamos y hierbas. Ella fue quien la traicionó, ella fue quien mintió. Su cara pálida destaca entre la multitud que grita esperando que la gran hoguera se encienda. Esa es la escena que imaginamos cuando oímos hablar de la caza de brujas. La muerte por quema en la hoguera fue el método más habitual de ejecutar a las personas acusadas de brujería. Imaginamos a todo el pueblo reunido en la plaza, gritando y esperando que el fuego empiece. Vemos una mujer cansada, torturada, asustada y triste. Triste de ver como aquellas personas a las que ayudó durante tanto tiempo con sus conocimientos, ahora han olvidado todo y piden su muerte. Esa mujer está triste, pero también orgullosa de ser quien es, de ser lo que es. Imaginamos una mujer atada en medio de la plaza, sobre un montón de leña seca, allí donde todos pueden verla. Pero no siempre fue así. Muchas veces las "brujas" eran encerradas en barriles de madera que echaban a rodar por Royal Mile, en Edimburgo, y cuando el barril paraba le prendían fuego. A veces los ejecutores "se apiadaban" de las acusadas, y las asfixiaban antes de quemarlas, "para que no sufrieran tanto". La creencia popular era que las brujas no morían nunca salvo que fuesen quemadas. Esa era la única manera de que no volviesen a la vida, sino su cuerpo sería poseído por el diablo y castigaría a aquellos que la habían hecho daño. El fuego era la purificación...pero quizás aquella multitud gritando rabiosa lo único que querían era purificar su propia culpa, sus miedos, sus envidias, su traición. Pero lo que no sabían es que las cenizas son los mejores cimientos para volver a construir, de las cenizas renacemos aún más fuertes. Aún puedo escuchar las voces de aquellas mujeres sabias, aún puedo escucharlas susurrando al bosque, creando magia, cantando una receta o un encantamiento. Eso es hacer magia, poner intención en aquello que se hace. Aún puedo oír sus voces...Continuará


 
 
 

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